En la vida la mayoría de las cosas salen como nunca las planificaste y eso puede derrumbarte en cuestión de segundos.
Intentarlo, cambiar tus "reglas", salirte de tu zona cómoda, hacer las cosas de manera distinta... Eso hice, al final las cosas no salieron como esperaba (ni un poquito) pero no puedo evitar ser una optimista y pensar que a pesar de todo fue mucho lo que arriesgué, lo que me atreví a hacer y eso me hace sentir orgullosa de mi. No me quedé esperando a que "algo" pasara, no esperé por algo externo, seguí mis instintos e hice lo creí que era correcto, seguí mi corazón y defendí lo que a mi parecer estaba bien.
¿Tuve miedo? ¡Todo el tiempo!... el miedo no es algo que desaparece pero eres tú quien decide si lo guardas o si le haces caso y te paraliza o sales corriendo.
¿Cometí errores? ¡Pues claro!, te das cuenta de la metida de pata cuando "el daño ya está hecho" pero en esta vida no hay nada que no tenga solución.
Las situaciones que nos ocurren no son únicas, todos estamos conectados y mucha gente ya ha pasado por lo mismo o por algo similar. Lo verdaderamente único es lo que decides hacer después de ello.
La vida nos reta constantemente al cambio, es el cambio la única constante, estés o no preparado para ello.
Hoy aunque no estoy al 100% me siento bien porque lo intenté, porque no me quedé cruzada de brazos, porque no salí corriendo al primer problema, porque no fui yo quien decidió huir como si el problema fuera a desaparecer tratando de manera absurda tapar el sol con un dedo...
No, esa no fui yo.
Con el tiempo entiendes que de nada sirve juzgarte ni reprocharte acciones que pudieron haber traído consecuencias no favorables porque son ellas las que te preparan para algo mejor en el futuro. Cuando te atreves a dar un paso en esa zona nueva y desconocida no existen perdidas... solo ganancias.
No, todavía no sonrío con facilidad, me dan bajones en las mañanas y siento que sigue habitando un fantasma en mi casa. Pero se irá, no se cuándo ni cómo ni en exactamente en que momento... pero llegó su hora de irse porque debo seguir mi camino.
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